jueves, 2 de abril de 2015

Paréntesis

Abro un espacio
para decir,
expresar y/o aclarar
aquello que no dije antes.
También sumo lo que no.
Lo abro y cierro
sabiendo bien
que ningún cierre es definitivo.
Tanto es así que
puedo encerrar puntos suspensivos...

II (una segunda parte de un poema regalado por ahí)

(Hace un rato, regalé el I a alguien de por ahí, por motivos que nadie sospecha, ni yo... Ahora os invito a la segunda parte.)




II
Soy esta mujer hecha
de pedazos de mujeres
desparramadas en un campo de batalla.
Me cosieron con gruesas tanzas,
me pegaron armando
-como cualquier rompecabezas difícil-
con senos de distintos tamaños,
un brazo más largo que el otro,
distintas pieles
y renguearon mi caminar
con estos inferiores cortos y largos.
Dicen que una vez
solía ser una mujer proporcionada,
simétrica,
similar en mis rincones varios y recovecos.
Dicen que un vez
me senté a tomar un café con mi enemigo,
y envuelta en sus encantos,
le dejé mi corazón
para que luego lo colocara en plato,
y se lo sirviera de cena.
Dicen que creé a un monstruo
devora-órganos,
por eso quedé incompleta.
He de decir yo que
alguna vez le comí la lengua
después de contarle mis secretos.
Estoy aquí hoy
hecha de pedazos
-y hecha pedazos-
contando a todos que
me devoré sus mentiras,
las digiero con otro estómago.



La Banda, 01 de abril de 2015.

Sin nombre

Yo no soy un roble;
cualquier viento me voltea de raíz.
Mas, ¿cómo no ser sensible a él?
Si todo es capaz de rasgar mi corteza.
Quise narrar los acontecimientos
y la vida - o mi posibilidad de ella - 
no creo que alcance al fin de los tiempos.
Mi posibilidad de no ser
desencadena terremotos cuando estoy siendo
si es que, al final, soy.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Abismo II

Desfilan las muecas incómodas
de los pájaros heridos de amor.
Intentaron desplumarlos,
sin embargo, siguen en vuelo,
intentando no olvidarse
que sólo saben volar
debajo del cielo y en él
-ellos siempre estarán en el cielo
para estos simples y pequeños terrestres que somos-.
Planean, aletean,
abren sus picos sedientos de besos
y colmados de recuerdos y deseos de amor.
Vuelven los hondazos,
los perdigones de los bípedos seres
que esperan su inexorable caída al abismo.

Abismo I

Me mira cerrando los ojos.
Me mira así, con los párpados,
con voluntaria ceguera.
Se oculta.
Le atemoriza la profundidad de mis ojos negros,
el abismo ese del que huye
porque le parece la muerte.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Carnívoro

Hoy tengo carencia de todo.
Me falta qué comer,
no tengo qué beber.
Quería comer ese cuerpo muerto
y beber esa sangre derramada
por el martillar del verdugo.
Un golpe en la frente.
Nada más.


San Miguel de Tucumán, 30/08/2014

Saeta

Una saeta se atoró en mi corazón.
No sangro, sólo es dolor
hundiéndose en mis adentros,
cortando, quemando,
quemando, cortando
todo lo que estaba a su paso,
tejidos, órganos, venas, nervios.
¿Se acabará mi vida aquí?
Tal vez podría vivir con esa flecha;
tal vez pudiera sentirme
más viva de vez en cuando,
ante la desesperación de sentir que lucho.
Al final de todo, lucho.
Quizás mañana me atraviese el cuerpo
mas no terminará la aflicción
de las cosas que no cicatrizan.
No sangro mas lloro, que es casi lo mismo.